Dentro del enfoque constructivista cognitivo, basado en el aprendizaje significativo, el error constituye el factor de interés más importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje y es parte integrante del conocimiento humano desde el diagnóstico, el proceso y la evaluación. Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje como maestros de matemáticas nos enfrentamos frecuentemente con errores de cálculo, atribuibles a factores emocionales, hasta profundos errores de fundamento.
En mi experiencia personal en Secundaria y Preparatoria, he advertido errores derivados del mal uso de los símbolos, signos y términos matemáticos, debido al inadecuado aprendizaje; otros originados por las deficiencias en el manejo de conceptos, contenidos, planteamiento y procedimientos para la resolución de problemas.
En mi práctica docente me he enfrentado con alumnos que muestran una rigidez del pensamiento, que en general son causados por la incapacidad de análisis para ser flexible, para adaptarse a situaciones nuevas, estos errores revelan los procesos mentales que han llevado al educando a una comprensión equivocada.
Por lo anterior concluyo, que los estudiantes cuando no tienen conocimiento del error, no cuestionan lo que parece indiscutible y no consideran el significado de los conceptos, reglas o símbolos con que trabajan. Sin embargo, a medida que se les demuestra la veracidad con relación a los resultados con una verdad objetiva, examinan los errores mediante la autocrítica y la crítica racional, utilizando el análisis y todo tipo de argumentos. Es ahí en donde compruebo que el educando obtiene un aprendizaje significativo y su conocimiento progresa al transformar el conocimiento previo sustentado en errores sistemáticos.
Los errores contribuyen, en cierta forma a indagar acerca de las razones que explican muchos conceptos matemáticos. Los docentes, debemos brindar a los estudiantes suficientes elementos de autocrítica constructiva con la finalidad de que se apoyen en sus propios errores para mejorar su aprendizaje matemático.
